domingo, 22 de abril de 2007


"Porque nadie tiene más sed de tierra, de sangre y de sexualidad feroz que estas criaturas que habitan los fríos espejos."

-Alejandra Pizarnik. La condesa sangrienta.


- ( I ) pequeñas barcazas lánguidas

(maderos, estacas )

aguas que olvidan agitarse piden la tormenta que expone.

Y es la espera

-Unos ojos que prometen una mirada, una distancia

Un fuego que descansa.-

Y es la única

Y es un ensueño que no dice adiós

que desgarra.


sábado, 21 de abril de 2007

El perro Okinamaro.

A Sei Shonagon(que vivió en el siglo XI A.C)

Él, que paseaba un día coronado
de flores de durazno y de cerezo,
el triste Okinamaro como un preso
a la isla de los perros fue expulsado.
Cuando volvió al palacio oscuro, herido,
lo llamaste, pero él no te miró, y nadie,
nadie lo reconoció, mas era él mismo, él mismo destituido.
Y lo reconociste en el momento en que lloró a tus pies
y que lo viste desfigurado, sucio, hinchado y triste,
y lloraste con él su sentimiento.

lunes, 2 de abril de 2007

Sobre "It"


El tema de IT fue expresado primeramente en el cuento de King The Boogeyman (El coco):
"Quizás si uno piensa en una cosa mucho tiempo, y cree en ella, la misma se torna real. Quizás todos los monstruos que nos asustaron cuando éramos niños, Frankenstein y el Hombre Lobo y la Momia, quizás ellos sean reales. Lo suficientemente reales cómo para matar a los chicos que se han caído a pozos o perdido a orillas de lagos o los que nunca fueron encontrados."
King comenta:
"Es sólo la idea bíblica que la fe mueve montañas, y que la fe prueba todas las cosas. Por eso cuando el niño en IT cree que está viendo a la Momia que viene hacia él en un río, es realmente la Momia.
Está llegando a casa, después de salir tarde de la escuela -estuvo ayudando a los maestros a acomodar los libros. El sol se puso, el aire está muy frío, y las sombras lucen tristes en el hielo. Debido a que está llegando tarde y hace frío, decide cruzar el río a través del hielo. Y cuando mira alrededor, ve la figura a lo lejos, el viento está soplando en esa dirección y puede oler algo malo. Se cae en el hielo y se golpea la cabeza. Cuando se levanta, la cosa está más y más cerca; finalmente él puede ver sus garras y agujeros negros donde estuvieron sus ojos -y no es una sombra. Y él sabe exactamente quien es, porque ha visto las películas en TV; entonces el se da cuenta que es real, que realmente está viendo a la Momia, y trata de correr, pero se vuelve a caer en el hielo...


El significado del título del libro es una criatura que habita las alcantarillas de Derry, Maine (un gran paralelismo con Bangor, pero situada geográficamente al sur de Bangor, cerca de Newport, Maine). Seis adultos retornan a la ciudad, donde crecieron, y aprenden que habían olvidado mucho de su adolescencia. En 1958, cuando eran unos niños, ellos, en un acto de fe, descendieron a las alcantarillas a confrontar a Eso. El monstruo les permitió escapar, sabiendo que los volvería a enfrentar cuando fueran más viejos. Y veinticinco años después, deben luchar contra Eso una vez más:
"Ninguna de esas cosas tuvo que ser dicha, quizás, y la razón de por qué no tuvieron que decirlas había estado siempre ahí: se amaban los unos a los otros. Las cosas habían cambiado en los últimos veinticinco años, pero eso, milagrosamente, no. Era su única esperanza.
La única cosa que realmente permanecía era terminar de ir tras eso, para completar el trabajo de capturarlo, de pasar el pasado al presente para que la experiencia adquirida forme una clase de rueda... El trabajo es hacer la rueda esta noche; mañana podremos ver si todavía gira..."


(Extractado del primer borrador de IT)

Extractos del diario de Ellen Rimbauer

Del "Diario de Ellen Rimbauer", Extracto #2

19 de Abril de 1908 - Kenya, Africa

Africa. El Continente Oscuro. El lugar de un hombre. Primitivo e intrigante. El lugar de nacimiento de la humanidad, dicen. Eden, dicen. La piel tan oscura que es azul. Animales salvajes en números que hacen tambalear la imaginación. ¡Oh, poder tener una cámara con película para filmar esto! John y yo, y otras tres parejas, dos de Inglaterra, una de Cleveland (irónicamente él y John comparten algunas nociones de negocios allí) somos acompañados entre los arbustos por algo así como treinta nativos, un guía Australiano llamado Charles Hammer y un Negro porta-rifle llamado Hipshoo - al menos así es como todos lo pronunciamos. Cerca de diez de los treinta son mujeres, dos de las cuales están asignadas a mí, una llamada Sukeena, la otra Marishpa. Ellas me vigilan como doncellas asignadas por la corte, a mí lado al momento que las necesito. De ojos brillantes y llenas de carcajadas, ellas han elevado ampliamente mi espíritu, el cual había estado bastante decaído estas últimas semanas pasadas. La Navidad lejos de casa fue en su mayor parte un intento, y aunque John se empeñaba en explicarme que ahora tengo una nueva casa, esto sólo empeoró la cosa. Esa nueva casa es, por supuesto, la gran casa, y sólo sabemos lo que dice la poca información que obtuvimos mientras nos ausentamos. Las paredes están levantadas, el techo en construcción. Se dice que solamente en el frente de la casa hay treinta ventanas. Los vidrios para ellas están siendo ordenados en este momento. Continué por seguir mi colección, empezando en las Islas del Pacífico con encantadores grabados en madera, algunos corales y un enorme pez que John ha embalsamado. Sus especies se me olvidan, a pesar de que indirectamente me lo dijo una docena de veces, cuando gusta de contar esta historia de pesca en casi todas las cenas que disfrutamos. Creo que John ha atrapado doscientos peces durante el curso de nuestra estadía, y con sólo éste para recordarlo, él agranda la historia un poco más (¡y al pez también!) cada vez que la cuenta.

Del "Diario de Ellen Rimbauer", Extracto #3

4 de Septiembre de 1914 - Rose Red
La razón por la cual levanto mi lapicera, las noticias que escribo de aquí, son estas: después de casi tres años de espera, tres años de implorar repetidamente, mis deseos han sido escuchados. Madame Stravinsky va a realizar una sesión, en esta casa, esta misma tarde. ¡Estoy tan excitada! Hemos invitado a ocho huéspedes incluyendo a los Poseys. John se ha resignado a participar (creo que la curiosidad lo está matando). No hace falta decir, que de los invitados, todas son mujeres salvo John y Douglas. Algunos pueden creerlo un tonto esfuerzo - una necesidad, en mi opinión, por mi deseo a juzgar sus reacciones. Si Madame Stravinsky llega a conectar con el otro lado, deseo medir mis propias creencias en oposición a aquellos que me rodean. Sukeena ha expresado abiertamente su hostilidad por Madame Stravinsky y la Madame Lus de su mundo. (Los poderes de Sukeena y sus habilidades respecto a esto están más allá de cualquier duda.) En parte por la desconfianza de Sukeena, he invitado solo amigos cercanos con cuyas opiniones puedo contar, ya sean creyentes de lo supernatural o no. El tiempo dirá como juzgaremos este emprendimiento. El aire está lleno de excitación. A todos, excepto a cuatro sirvientes, les hemos pedido que permanezcan en sus dormitorios o moradas. (Madame Stravinsky no quiere ningún disturbio humano dentro de la casa cuando trate de hacer contacto). Espero esta tarde de la forma en que April o Adam esperan lo que yace bajo el Arbol de Navidad.
Uno de los fragmentos del diario que más excitación demuestra es sin duda el del día siguiente a la sesión espiritista efectuada por Madam Stravinsky en conjunto con Ellen y sus invitados. Es en este fragmento donde comenzamos a notar la estrecha relación que Ellen comienza a tener con su propio diario, al cual convierte en su único confidente, a quién consulta todas sus dudas, a quien transmite sus más oscuras incertidumbres. Este es el relato surgido de la sesión, de puño y letra de la propia Ellen...

Del "Diario de Ellen Rimbauer", Extracto #4

5 de Septiembre de 1914 - Rose Red
¡No podía esperar hasta la luz de la mañana para ponerme a escribir los sucesos de esta tarde! Me estremecí con miedo y deleite ante lo que experimenté, y me esforzaré por ponerlo aquí exactamente como sucedió, de principio a fin. Madame Stravinsky está sentada cuando mis invitados y yo somos convocados a la Biblioteca de Damas. Un poco mareada, quizás aprehensiva, como estaba, fuimos dirigidos hacia nuestros asientos por la marchita mujer y nos dijo que permanezcamos en silencio. Sólo Sukeena permanece de pie, desafiando las instrucciones (directamente detrás de nuestra invitada de honor). Las dos intercambiaron miradas furtivas. Sukeena, haciéndose el día, y Madame Stravinsky no haciendo nada. En este punto, no por ser superado, mi marido se paró de su silla y comenzó una energética caminata que continuó desde este punto en adelante. Madame Stravinsky, comprendiendo del bolsillo de quien saldría su gruesa remuneración, aprobó sin ánimo de desafiar a John, lo cual también es bueno, dada la obvia agitación de él y su naturaleza desaprobatoria. Esto deja a Douglas Posey como el único hombre de la mesa. Me siento de cara a ella, en la cabecera opuesta de la mesa. Entre nosotras, en el centro de la gran mesa ovalada, yace su esfera de cristal, un objeto de vidrio del tamaño de una cabeza humana, la cual está situada sobre una enjoyada base de oro, o de un metal similar, y prueba estar al alcance de la médium. Ella pide iluminación de velas y la extinción de todas las luces eléctricas en la gran casa. Afortunadamente, da estas instrucciones más temprano, antes de su arribo, ya que esto requiere a tres de los cuatro de nuestro staff cerca, y aproximadamente cuarenta minutos para poner la casa a oscuras. ¡Uy!, a los nuestros les lleva como un minuto o dos asegurar los sendos cuartos de la planta baja y volver a encender la luz de las velas y apagar la lámpara eléctrica del cuarto, por suerte. Para ese entonces, nuestra médium llama al silencio total. Sólo nuestra respiración y las pisadas impacientes de John perturban la paz generalizada. Luego, Madam Stravinsky nos pide a todos que nos tomemos de las manos. Sólo Sukeena rehúsa esta instrucción. Inclusive John se une a la diversión, moviendo su silla entre la mía y la de Tina, tomando mi mano, pero entrelazando los dedos de ella. (Esta fue mi primera experiencia de celos que implica a Tina. ¿Qué fue lo que sentí entre mi marido y mi mejor amiga? ¿Me atrevo a semejante pensamiento? ¿Son tales sospechas fundamentadas, o veo engaño y decepción ahora en cada esquina?).
Con todos nosotros tomados de las manos, y con sólo el oscuro movimiento de la luz de la vela transfiriendo sombras sobre las paredes de libros, Madame Stravinsky cerró sus ojos, nos pidió que bajemos nuestras cabezas y habló en un chillante tono sin variaciones. "Gran casa que nos rodeas, abre tus puertas a un visitante que ha venido a saludarte". Luego, habló en ruso o alemán, quizás repitiéndose a sí misma, no puedo estar segura. Mi marido habla un poco de ambos, quizás él comprende sus murmullos. Debo admitir un cierto grado de temor. Fuera tan sólo mi cuerpo o un efecto divinizado por Madame Stravinsky, juro por tus páginas que la temperatura del cuarto descendió sustancialmente. También juro que las vacilantes llamas de esas velas bailaron desde sus mechas como si una puerta hubiera sido abierta de golpe rápidamente y una ráfaga de viento hubiera entrado al cuarto. Madame Stravinsky está, por ahora, encerrada en alguna clase de trance, su cabeza agachada levemente, sus ojos cerrados. Miro por sobre la mesa hacia mis invitados, mis amigos, y observo su asombro - claramente ellos esperaban un engaño, no los eventos que acabábamos de observar. Los murmullos de la médium ganaban volumen y claridad mientras le hablaba a nadie, sus palabras cobraban velocidad hacia donde eran emitidas por su boca en una catarata de sílabas y sentencias a medio formar. Ella está nombrando a la casa, la "gran casa", y solicitando ser recibida a través de sus puertas, a través de sus paredes. En el medio de este cántico, abrió sus ojos y alcanzó la esfera de vidrio que estaba frente a ella en la mesa. Lucía diferente, no del todo como ella misma, quizás más joven, como congelada en el tiempo. Nuevamente una ráfaga de frío llenó la habitación y subió por mis piernas. La esfera de vidrio comenzó a brillar - ¡lo juro!- y filamentos de luz, como algo pegajoso, subieron desde ella y se dirigieron al techo. Al mismo tiempo, las luces de las velas se extinguieron por este viento; la única luz del remolino azul y verde de los filamentos superiores y ese brillante espécimen de vidrio yacía entre sus marchitadas manos.
Pienso en mi hija, April, y su pobre brazo derecho marchito. Pienso de nuevo en mis plegarias tantos años atrás, mientras formaba el hospital de niños, en los que no sabría que hacer si uno de mis hijos naciera deforme. ¿Produje eso sobre April? ¿O lo hizo mi marido, traspasándome la maldición Africana? ¿Puedo salvar a mis niños? ¿No deberá pagar mi marido por sus pecados? Pregunta tras pregunta están corriendo por mi cabeza, mientras me siento perfectamente quieta, y enfrentando las sacudidas de mis huéspedes. Sólo Madame Stravinsky, Sukeena y yo permanecemos inmóviles y firmes. Incluso John está visiblemente desconcertado mientras quiebra la unión de nuestras manos y salta hacia sus propios pies.

Del "Diario de Ellen Rimbauer", Extracto #5

19 de Febrero 1928
¡Dios Querido que estás en el cielo! ¡Devuélvemela! ¡Sukeena se ha perdido! ¡Vista por última vez en el Cuarto de Salud! No hay signo de ella por ningún lado. Vago por los interminables corredores de esta tumba preguntándome por qué todo aquel que se vuelve cercano a mí termina siendo quitado de mi vida. Robado de mí. Odio esta casa. ¡La detesto! Nunca invitaré a Adam nuevamente. El staff está casi enfermo de buscar a mi criada, tantas horas - ¡días ya! - hemos estado en esto. La casa es imposiblemente grande. Cree esto o no, Querido Diario, todos hemos visto transformaciones físicas. Los corredores cambian de estructura y apariencia a tus espaldas. ¡Los cuartos desaparecen! ¿Qué está pasando? ¿Cómo puede ser? Una estructura física, un edificio, y sin embargo tan fluido como el agua. Un camaleón. Ella ya no necesita hacerse más grande - se reinventa a sí misma internamente. ¡Lo que una vez fue un corredor, ahora es un salón de baile!; lo que era un sótano, ahora es una mazmorra! Ordené las plantas de Sukeena desplantadas del Cuarto de Salud (desde su desaparición, florecieron mucho más abundantes de lo que nunca haya visto - ¡todas las plantas a la vez totalmente florecidas!). Vi como llevaban la tarea a cabo - lo vi con mis propios ojos desde lo alto de mi recámara, recordando observaciones pasadas de otros eventos de allí abajo también. A siete trabajadores les llevó tres horas limpiar el cuarto hasta dejar el suelo pelado. Para cuando llegaron al final del lado oeste, en el este habían brotado nuevas plantas. Para la mañana siguiente, las plantas tenían seis pies de alto - más altas de lo que jamás hayan sido, y totalmente florecidas. Esta es Sukeena, proveyendo este florecimiento - su amor, su energía, sus poderes. Todos - ¡cada uno de nosotros! - escuchamos la risa de Rose Red anoche. Se ríe de mí. De nosotros. Fue el sonido más aterrador que jamás haya escuchado. Si hay un juego en esto, ella ha ganado claramente. Todos se han ido. Mis amados. Estoy sola. Sola con mis pensamientos, sola en mi silencio, sola en esta casa. Debería despedir a todo el staff (¡antes de que ella atrape a algún otro!). Debería vivir sola en este lugar por algún tiempo. Dejarla sufrir. Dejarla fallar. Quizás entonces podamos hacer un trato, esta casa y yo. Quizás entonces ella me permita visitar a Sukeena como yo lo hago con April. Mi esposo me enseñó bien: todo es negociable.

Extractos publicados originalmente en el sitio web de promoción del libro "The Diary of Ellen Rimbauer: My Life at Rose Red"
Traducción y comentarios: Marcelo Burstein

Un chico frente al océano (The talisman)

IMPRESIONES
Un chico frente al océano
Libro: The TalismanAutores: Stephen King y Peter StraubAño de publicación: 1984Título en castellano: El Talismán
Una crítica de la novela
The Talisman comienza y termina con la misma escena: un chico, demasiado alto para su edad, parado en la orilla del océano, contemplándolo. Pero hay una gran diferencia entre el chico del comienzo y el del final, y contenida en las 650 páginas del libro se encuentra la aventura épica en la que descubriremos el porqué.
Jack Sawyer, el protagonista preadolescente de la novela, es un chico que ha perdido a su padre a temprana edad y está ahora en el proceso de perder también a su madre, debido a un terrible cáncer. Complicando más las cosas está Morgan Sloat, el tío de Jack, un indeseable que se las arregla muy bien para lograr que la madre de Jack (una ex-actriz de películas de clase B llamada Lily Cavenaugh Sawyer) viva un infierno. Al comienzo de la novela, Jack y Lily están en el Hotel Alhambra, cerca de un abandonado parque de diversiones, escondiéndose de Sloat. Es en este parque de diversiones donde comenzará la búsqueda de Jack.
Un hombre negro, muy amable, llamado Speedy Parker, conoce a Jack y hablan de la condición de su madre. Después de un tiempo, Speedy le hace tomar un líquido, que parece jugo de uva, de una botella de vidrio verde. Jack lo bebe... y viaja.
Parece ser que, como dice Jake en La Torre Oscura 1, hay otros mundos aparte de éste. Jack aprende que la única manera de salvar a su madre es embarcarse en un viaje a través del país, que abarque el tiempo, el espacio y las dimensiones; para encontrar un misterioso objeto conocido como el Talismán. El "jugo mágico" lleva a Jack a la tierra conocida como Los Territorios, donde la magia funciona como si fuera nuestra ciencia, y donde casi todas las personas y lugares tienen su "Gemelo", una contraparte de los Territorios. Y las fuerzas en ambos mundos intentan frenar a Jack... a cualquier precio.
Este es un viaje de iniciación en la edad adulta para Jack, una travesía que pondrá a prueba su destino y su cordura. En el camino, será empleado en una diabólico bar, experimentará el horror en un túnel (en una secuencia tan terrorífica como la del túnel Lincoln de The Stand), se hará amigo de una especie de hombre lobo-adolescente, y parará en el Black Hotel, que puede ser una de las tantas analogías de la propia Torre Oscura.
Es una lectura altamente recomendada para los fans de King y Straub.

www.stephenking.com.ar

El ángel de la Historia.


Tengo las alas prontas para alzarme,

Con gusto vuelvo atrás,

Porque de seguir siendo tiempo vivo,

Tendría poca suerte
.


GERHARD SCHOLEM: Gruss vom Angelus

Hay un cuadro de Klee que se llama Angelus Novus. En él se representa a un ángel que parece como si estuviese a punto de alejarse de algo que le tiene pasmado. Sus ojos están desmesuradamente abiertos, la boca abierta y extendidas las alas. Y este deberá ser el aspecto del ángel de la historia. Ha vuelto el rostro hacia el pasado. Donde a nosotros se nos manifiesta una cadena de datos, él ve una catástrofe única que amontona incansablemente ruina sobre ruina, arrojándolas a sus pies. Bien quisiera él detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero desde el paraíso sopla un huracán que se ha enredado en sus alas y que es tan fuerte que el ángel ya no puede cerrarlas. Este huracán le empuja irreteniblemente hacia el futuro, al cual da la espalda, mientras que los montones de ruinas crecen ante él hasta el cielo. Ese huracán es lo que nosotros llamamos progreso.

Li Zei-Tian Rui (El Jade Celeste)

Dice el Huang di shu: “Al actuar la forma, no surge otra forma, sino una sombra; al actuar el sonido, no surge otro sonido, sino un eco; al actuar el vacío, no surge el vacío, sino el ser.” La forma tiene necesariamente un final. ¿Tienen un final el cielo y la tierra? Igual que nosotros, todo tiene un final. ¿Un final definitivo? No lo sabemos. ¿El dao tiene un final? El dao por su esencia no tiene principio. ¿Dejará de existir? El dao por su esencia no tiene fin. Lo que tiene vida, retorna a la no-vida; lo que tiene forma retorna al estado sin forma. Pero esa no-vida no es la no vida esencial, ni ese estado sin forma es la no-forma esencial. Lo vivo, por ley, debe necesariamente tener un fin; lo que tiene un fin no puede dejar de tenerlo, al igual que lo que nace no puede dejar de nacer. De modo que caen en gran extravío quienes aspiran a perpetuar su vida e impedir su definitiva extinción.
El espíritu pertenece al cielo (tiene naturaleza celestial); huesos y carne (el cuerpo) pertenecen a la tierra (tienen naturaleza terrenal). Lo que pertenece al cielo es limpio y fluido, lo que pertenece a la tierra, sucio y compacto. Cuando el espíritu abandona la forma (el cuerpo), cada uno regresa a su ser propio. Por eso se los llama gui*. Gui, es decir, retornados, porque han retornado a su verdadera morada (a su origen). Dice el Emperador Amarillo: El espíritu entra en su morada, el cuerpo retorna a su raíz. ¿Qué puede ya quedar de mí?

*El ideograma gui (que las traducciones occidentales vierten como “espíritus”, “demonios”, “fantasmas”) designa los espíritus de los difuntos. En Lie Zi (China, siglos V y IV a.C), El libro de la perfecta vacuidad (Tian Rui: el jade celeste, 6), Barcelona, Editorial Kairos, 2002.

Lie Zi. Del arte de la magia.


Lao Chen zi fue a aprender el arte de la magia (huan) con el maestro Yin Wen(1). Pasaron tres años sin que éste le enseñara nada. Lao Chen zi le preguntó si acaso había cometido alguna falta, y cuando pidió permiso para retirarse, el maestro Yin Wen le saludó y le invitó a entrar en su aposento. Ordenó a los demás que se retiraran y le dijo: "Cuando hace ya tiempo Lao zi marchó hacia el oeste, me resumió su doctrina en estas palabras: 'El qi de los seres vivientes, las formas de los cuerpos, no son más que huan (ilusiones).'(2)."El comenzar por obra del principio transformador, el transformarse bajo el influjo del yin y en yang, es lo que llamamos nacer, es lo que llamamos morir. Agotado el destino, llegar al cambio, a la mutación de la forma, es lo que llamamos transformación, es lo que llamamos ilusión. Misteriosa es la habilidad de lo que da forma a los seres materiales, (3) profunda su eficacia, de ahí que dificilmente pueda agotarse y tener un final. La habilidad de lo corpóreo, en cambio, es manifiesta y su eficacia superficial; por eso surge y desaparece. Sólo cuando comprendas que ilusión y transformación son lo mismo que vida y muerte, podrás aprender el arte de la magia. Tú y yo somos ilusión. ¿Qué necesidad hay enfonces de aprendizaje?".Lao Chen zi volvió a su casa y puso en práctica las palabras del maestro Yin Wen. Se concentró en la meditación durante tres meses y llegó a ser capaz de situarse por encima de la vida y de la muerte, de alterar el curso de las cuatro estaciones, de provocar tormentas en invierno y heladas en verano, de hacer que los animales terrestres volaran y las aves caminaran. A lo largo de la vida jamás hizo demostración de su poder: por eso pasó desapercibido para los hombres de su tiempo.Dijo el maestro Lie zi: "El dao de un buen mago permanece oculto; en su quehacer cotidiano es semejante a los demás hombres. La virtud de los 'cinco emperadores' y los méritos de los 'tres reyes' (4) no se debieron forzosamente a su inteligencia o valor. Puede que procedieran de transformaciones mágicas. ¿Quién puede saberlo?".

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1.Yin Wen no se refiere aquí al filósofo taoísta Yin Wen de la época Zhan Guo, sino a Guan Yin.

2. El ideograma Huan significa tanto ilusión como magia.

3. En algunos textos la expresión zao wu zhe (lo que produce los seres) aparece como zao hua zhe(lo que produce las transformaciones).

4. Sobre los "cinco emperadores", los "tres reyes" (san wang) son los tres fundadores respectivos de las tres primeras dinastías chinas, es decir: Yu de Xia, Tang de Yin y Wu de Zhou.En Lie Zi, El libro de la perfecta vacuidad, Zhou Mu Wang: El rey Mu de Zhou, Barcelona, Kairós, 2002.

Jean Baudrillard o el encanto del lenguaje

El pensador francés, fallecido el martes último, se valió del silencio y de la palabra para captar y expresar el sentido de los hechos que aún no habían terminado de constituirse

Cuando un diálogo termina, no es el silencio anterior lo que queda. Queda un silencio expandido, un silencio desconcertado que, como si él mismo extrañara algo, preserva la forma y el hueco de lo que culmina. Una forma que empezó algo más de veinte años atrás, en una librería, donde quedé varias horas paralizado leyendo El intercambio simbólico y la muerte .Sólo había escuchado una referencia a Baudrillard de parte de mi amigo Luis Jalfen. Había allí y en sus otros libros una escritura sin concesiones ni relleno, y una lucidez implacable. Se trataba de una escritura que levitaba el sentido de las cosas mediante la singularidad poética de su análisis. No podía imaginar qué rostro, qué voz, o qué mirada podían estar detrás de ella. Luego de un tiempo, en una iniciativa algo quijotesca, envié una carta dirigida a Jean Baudrillard, en la que le proponía visitarlo en París. La cálida respuesta no se hizo esperar. Cuando abrió la puerta de su departamento, le dije: "Su obra me ha provocado insomnio". Y me contestó con una sonrisa: "A mi es lo que me ha permitido dormir".Pero también, cuando un diálogo termina, la palabra queda expandida, porque ninguna cosa significa ya lo mismo. Ninguna cosa queda intacta luego de un pensamiento que reenvía vertiginosamente el mundo a su estado de ilusión y de signo puro, a su forma de inocencia cruel y dual, un pensamiento que devuelve el mundo a su forma iniciática, a su estado de inocencia, anterior a toda acusación, anterior a toda búsqueda de transformación, y anterior también a su exterminación. Su escritura parecía la homologación, en su mismo transcurrir, del movimiento del mundo, y era la desobstrucción en el plano del lenguaje, del flujo de la ilusión. La lectura del mundo en Baudrillard no parecía estar hecha desde afuera sino desde adentro de las cosas, en su forma pre-constitutiva.Baudrillard confesaba que no podía ser infeliz. Nunca se quejó a lo largo de su larga enfermedad. Se mantenía inalterable, tal como era él, con una serenidad admirable. Aunque le dijera a Paul Virilio hace pocos días "Creo que el sufrimiento no terminará..." Tras unos gruesos anteojos, Baudrillard era un hombre de mirada traslúcida y calma, aunque tan aguda que uno sentía que veía simultáneamente las cosas del derecho y del revés. Su mirada que transparentaba aquello en lo que se posaba, fuera un objeto, un evento, o una idea. Era una mirada que combinaba sus raíces campesinas, de las que estaba orgulloso, con la máxima sofisticación del pensamiento. Esa visión del mundo y su lectura de los acontecimientos en tiempo real es algo que vamos a extrañar. Porque la realidad está hoy envasada al vacío, busca ser preservada a largo plazo, y de este modo ha desaparecido el oxígeno que permitía su combustión. El pensamiento de Baudrillard funcionaba como una bocanada de ilusión que regeneraba esa combustión.Sorprender las cosas en el umbral, antes de que hayan asomado su rostro al sentido, es propio de la poesía y no es habitual en el ámbito de la teoría, salvo en aquellas modalidades cercanas al aforismo a la que nos introdujeron tempranamente los pensadores presocráticos y, más tardíamente, Nietzsche. Sorprender las cosas antes de que sean convertidas en un excedente de sí mismas, captar una instantánea de ellas en su desnudez, sustraerlas al ropaje del sentido, requiere una forma particular de pensamiento y de lenguaje, y una secreta complicidad entre la forma y el contenido. Requiere una forma de intersección con el lenguaje, nunca la conversión del lenguaje en una mera herramienta. La escritura de Baudrillard opera como una forma de seducción del lenguaje, una forma de encantamiento del lenguaje para consigo mismo, una forma de cavar un hueco en el que cae por su propio peso la significación. Es que el lenguaje huye desesperadamente de la saturación, de su circulación enloquecida, huye de la expresión que quisiera hacer de él una herramienta de estratificación del mundo. El lenguaje se refugia, así, en su propia sacrificialidad.Este aspecto sacrificial atraviesa la obra de Baudrillard, obra que deja un espacio generoso y abierto para quien piensa con sus textos. Uno siente que libros enteros han quedado sacrificados por algunos párrafos, uno siente que párrafos enteros han quedado sacrificados por algunas líneas. Esto rodea la expresión de Baudrillard de una forma del silencio, que no es el silencio de lo que ha sido callado, sino que es el silencio de lo que ha sido sacrificado. El silencio de lo que es callado siempre puede ser ocupado por cualquier forma del sentido, el silencio de lo que es sacrificado crea, en cambio, una forma del vacío que absorbe todas las formas de pretensión del sentido.Baudrillard desarrolló, a la vez, una velocidad en el lenguaje y el pensamiento que pulverizaba a su paso el valor y el sentido. Del mismo modo que cruzar el umbral de la velocidad del sonido produce un estampido, en su caso los conceptos clásicos nacidos bajo el imperio irreversible del valor son acelerados y desintegrados en su obra por la transposición de un umbral que los devuelve a la apariencia pura. "Hay cosas que no proceden por la vía del sentido sino por la vía ultrarrápida de la apariencia", decía, en una definición aplicable a su propia escritura. Pero así como su pensamiento procede por aceleración, procede también muchas veces mediante una forma de brusco freno a través del cual los objetos constituidos salen despedidos por el parabrisas del sentido. En todo caso, el secreto de la escritura de Baudrillard no fue nunca adoptar la misma velocidad que lo real.El proyecto operacional, la calcificación del mundo bajo el concepto de realidad están acompañados por una masa de adeptos a lo real, quienes escuchan el anuncio de su desaparición entre incrédulos y escandalizados. No se trata siquiera de un fanatismo: en el fanático subyace al menos la secreta duda de que su objeto exista. La insolencia de poner en duda lo real lleva naturalmente a las indignadas preguntas: ¿cómo es que la Guerra del Golfo no ha tenido lugar, señor? ¿No ha visto usted los muertos? ¿Cómo dice usted que la realidad ha desaparecido? ¿No toca acaso todo lo que lo rodea? Y otras que traslucen una ironía banal, cuando no estúpida: ¿no cruza acaso usted la calle con cuidado? O aquello que señaló alguna vez, Kostas Axelos, en Buenos Aires, ante una pregunta acerca de si las cosas hablan, si las cosas son lenguaje: "No se me ocurriría ponerle un grabador a una piedra". Una porción no menor de la lectura de Baudrillard queda atascada en este escollo básico. La forma más elemental de superstición de una realidad objetiva es el horizonte insuperable, porque pareciera vedada la comprensión de lo real precisamente como un horizonte arbitrario. Estos malentendidos básicos llevaron a Baudrillard a decir: "Cuando se dice que la realidad ha desaparecido, no es que haya desaparecido físicamente, es que ha desaparecido metafísicamente".Baudrillard introdujo en su propia escritura la idea del Mal, tal como la entendía él mismo: no como una realidad objetiva sino como una inteligencia secreta de la dualidad. De este modo, su escritura se acerca a la idea de mimesis -no en la forma soñada por Aristóteles- sino una mimesis, en el despliegue del lenguaje, del movimiento del mundo. Mimesis de la obra de Baudrillard con la ilusión misma, a través de una escritura que carece de excedente, y que no toma nunca el sentido desde su centro: lo circunvala hasta abismarlo, de lo cual extrae su potencia y, también, su dicha.Los días en que nos encontramos en París para grabar las conversaciones que serían la matriz de nuestro libro Los exiliados del diálogo , fueron una expresión de amistad entrañable. Como lo fue aquella inolvidable semana en que recorrimos juntos Salta y San Juan, atravesando el paisaje completamente irreal del Valle de la Luna. Aquella belleza desolada, aquellas formas fantasmáticas creadas por la erosión de los años, parecían estar fuera del espacio y del tiempo, y parecían completamente inmóviles. Pero sabemos que, en secreto, siguen su mutación. Aunque la muerte parece también confinar las cosas a la inmovilidad, también la obra de Jean Baudrillard seguirá su secreta mutación. Decía Huidobro a Mallarmé: Tus secretos siguen tu destino/Maestro del abismo y de las naves olvidadas/Oye el saludo del horizonte al horizonte/Es la muerte que se hace más grande que la vida/Al llevarse a un hombre de tan hondo universo.

Por Enrique Valiente Noailles
Para LA NACION

domingo, 1 de abril de 2007

Pared y palabras (a la pared)


"¡Ah! tu cabeza me asustó... Fluía / de ella una ignota vida ... Parecía / no sé qué mundo anónimo y nocturno".


YENDO POR AQUEL CAMPO


...Yendo por aquel campo, aparecían, de pronto, esas extrañascosas. Las llamaban por allí, virtudes o espíritus. Pero, en verdad eran la producción de seres tristes, casi inmóviles, que nunca se salían de su lugar. Estancias al parecer, del otro mundo, y casi eternas, porque el viento y la lluvia las lavaban y abrillantaban, cada vez más. Era de ver aquellas nieves, aquellas cremas, aquellos hongos purísimos... Esos rocíos, esos huevos, esos espejos. Escultura, o pintura, o escritura, nunca vista, pero, fácilmente descifrable. Al entreleerla, venía todo el ayer, y se hacía evidente el porvenir. Los poetas mayores están allá, donde yo digo.


De "Clavel y tenebrario" 1979

Latín: melancholîa, y este del griego: µe.a..o.ía. 1- Depresión del ánimo o tristeza vaga, profunda y permanente. 2- Monomanía en que dominan las afecciones morales de tristeza y de indiferencia.


"Porque nadie tiene más sed de tierra, de sangre y de sexualidad feroz que estas criaturas que habitan los fríos espejos." -Alejandra Pizarnik. La condesa sangrienta.-


( I )

pequeñas barcazas lánguidas

(maderos, estacas )

aguas que olvidan agitarse

piden la tormenta que expone.

Y es la espera

-Unos ojos que prometen una mirada, una distancia

Un fuego que descansa.


- Y es la única


Y


es un ensueño

que no dice adiós

que desgarra.


L.Hernando.

Anoche volvió, otra vez...


ANOCHE, VOLVIÓ, OTRA VEZ...


Anoche, volvió, otra vez, La Sombra; aunque ya habían pasado cien años, bien la reconocimos. Pasó el jardín violetas, el dormitorio, la cocina; rodeó las dulceras, los platos blancos como huesos, las dulceras con olor a rosa.Tomó al dormitorio, interrumpió el amor, los abrazos; los queque estaban despiertos, quedaron con los ojos fijos; soñaban, igual la vieron. El espejo donde se miró o no se miró, cayó trizado. Parecía que quería matar a alguno. Pero, salió al jardín. Giraba, cavaba, en el mismo sitio, como si debajo estuviese enterrado un muerto. La pobre vaca, que pastaba cerca de la violetas, se enloqueció, gemía como una mujer o como un lobo. Pero, La Sombra se fue volando, se fue hacia el sur. Volverá dentro de un siglo.

De "Los papeles salvajes" 1971

Un Hemisferio en una cabellera-Baudelaire.


UN HEMISFERIO EN UNA CABELLERA

Déjame respirar mucho tiempo, mucho tiempo, el olor de tus cabellos; sumergir en ellos el rostro, como hombre sediento en agua de manantial, y agitarlos con mi mano, como pañuelo odorífero, para sacudir recuerdos al aire.

¡Si pudieras saber todo lo que veo! ¡Todo lo que siento! ¡Todo lo que oigo en tus cabellos! Mi alma viaja en el perfume como el alma de los demás hombres en la música.

Tus cabellos contienen todo un ensueño, lleno de velámenes y de mástiles; contienen vastos mares, cuyos monzones me llevan a climas de encanto, en que el espacio es más azul y más profundo, en que la atmósfera está perfumada por los frutos, por las hojas y por la piel humana.

En el océano de tu cabellera entreveo un puerto en que pululan cantares melancólicos, hombres vigorosos de toda nación y navíos de toda forma, que recortan sus arquitecturas finas y complicadas en un cielo inmenso en que se repantiga el eterno calor.

En las caricias de tu cabellera vuelvo a encontrar las languideces de las largas horas pasadas en un diván, en la cámara de un hermoso navío, mecidas por el balanceo imperceptible del puerto, entre macetas y jarros refrescantes.

En el ardiente hogar de tu cabellera respiro el olor del tabaco mezclado con opio y azúcar; en la no-che de tu cabellera veo resplandecer lo infinito del azul tropical; en las orillas vellosas de tu cabellera me emborracho con los olores combinados del algodón, del almizcle y del aceite de coco.

Déjame morder mucho tiempo tus trenzas, pesadas y negras. Cuando mordisqueo tus cabellos elásticos y rebeldes, me parece que como recuerdos.
Baudelaire.

Madre del tiempo

tú me has visto llorar de memoria

cuando aún no era.


Madre del tiempo

tráeme la mirada desnuda del amado,

tráeme la mano de viento del amado,

tráeme su sexo de madera colérica,

tráeme su piel de sonido de tambores.
Madre del tiempo tráeme la flor incendiada

que crece en la lengua de la muerte.

4


Ser soñadora en su camisa azul

que ama la tierra extraña

o atreverme como la náufraga

que vuelve al mar

porque nadie se alegra de su salvación.


LOS AUTOMATAS


Nada mejor que pensar en los autómatas. Sobre todo ahora que hay esta luz espantosa, exactamente amarilla pero oscura. He caminado por la G/ rue Garancière y me reí al recordar que allí vivió Leibnitz. Luego volví a mi cuerpo y comencé a inventar autómatas, pegada la cara a la ventana mirando pasar gente y perros.


Poemas inéditos.

Alejandra Pizarnik.

Daddy


Daddy


Daddy You do not do, you do not do

Any more, black shoe In which I have lived like a foot

For thirty years, poor and white, Barely daring to breathe or Achoo.

Daddy, I have had to kill you. You died before I had time---

Marble-heavy, a bag full of God, Ghastly statue with one gray toe

Big as a Frisco seal And a head in the freakish Atlantic

Where it pours bean green over blue In the waters off the beautiful Nauset.

I used to pray to recover you. Ach, du.

In the German tongue, in the Polish town Scraped flat by the roller Of wars, wars, wars. But the name of the town is common.

My Polack friend Says there are a dozen or two. So I never could tell where you
Put your foot, your root, I never could talk to you.

The tongue stuck in my jaw. It stuck in a barb wire snare.
Ich, ich, ich, ich, I could hardly speak. I thought every German was you.

And the language obscene An engine, an engine, Chuffing me off like a Jew.

A Jew to Dachau, Auschwitz, Belsen. I began to talk like a Jew.
I think I may well be a Jew. The snows of the Tyrol, the clear beer of Vienna
Are not very pure or true. With my gypsy ancestress and my weird luck
And my Taroc pack and my Taroc pack I may be a bit of a Jew.
I have always been sacred of you, With your Luftwaffe, your gobbledygoo.
And your neat mustache And your Aryan eye, bright blue. Panzer-man, panzer-man, Oh You----
Not God but a swastika So black no sky could squeak through.
Every woman adores a Fascist,
The boot in the face, the brute Brute heart of a brute like you.
You stand at the blackboard, daddy,
In the picture I have of you, A cleft in your chin instead of your foot
But no less a devil for that, no not Any less the black man who
Bit my pretty red heart in two. I was ten when they buried you.
At twenty I tried to die And get back, back, back to you.
I thought even the bones would do.
But they pulled me out of the sack, And they stuck me together with glue.
And then I knew what to do. I made a model of you,
A man in black with a Meinkampf look And a love of the rack and the screw.
And I said I do, I do. So daddy, I'm finally through.
The black telephone's off at the root, The voices just can't worm through.
If I've killed one man, I've killed two---
The vampire who said he was you And drank my blood for a year,
Seven years, if you want to know. Daddy, you can lie back now.
There's a stake in your fat black heart And the villagers never liked you.
They are dancing and stamping on you.
They always knew it was you. Daddy, daddy, you bastard, I'm through.

Silvia Plath