
Los naufragios de secano son los más peligrosos,/ no te ahogas, te asfixias, se te cubre la piel de limosna/ y no hay nadie que pueda darte nada./ Entonces te convences de que nada querías,/ de que los naúfragos pocas veces pueden llevarse nada/ a la inexistente isla de las figuraciones,/ y recuerdas que sólo posees aquello que no podrás salvar/ y el naufragio se agranda y es entonces cuando, por fin,/ descubres que ahogarse o asfixiarse no es tan distinto/ y no es tan diferente quién te ahoga o te asfixia/ pues ¿cuántas veces has podido salvar lo que no poseíste? /
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