sábado, 31 de marzo de 2007

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Oigo como una ausencia que el misterio está muy cerca;

oigo como una músicaque la noche vuelve la cabeza.

Es la hora de las raíces y los perros amarillos;

en su sala de cristal, la luna llora con la cabeza entre las manos.

El hombre se pone como una máscara su silencio; sueña en el fondo del agua.

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