
Entonces me dije:
Los únicos poetas que me interesan
son los que llevan cuidadosamente
con manos nerviosas
un cuenco lleno de sangre
Los únicos poetas que me interesan
son los que llevan cuidadosamente
con manos nerviosas
un cuenco lleno de sangre
en el que ha caído una gota de leche
o un cuenco lleno de leche
o un cuenco lleno de leche
en el que ha caído una gota de sangre…
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