
Lecciones de Antropofagia VI
Me doy pierna arriba
con el revés de la mañana,
no ya en la risa ni entre los desarmaderos
sino bajo este polo petroquímico de levadura inmensa,
llámese mundo o soporte.
Lecciones de Antropofagia VII
Cada vez que los bestiarios se multiplican
en el torso de una latitud concreta,
resbálanse la espuma y las golondrinas
sobre las tejas verdes y el desagüe.
Por eso digo yo que las auroras se desgajan
con su vocabulario de descargas
y en su angosto pasillo de festín omnívoro
sus sístolessus diástoles se encuentran asediadas
por la fuga circular de la memoria.
No sé quién se quedó atrás
con toda su estatura o su estatuaria,
contemplando la tibia perfección de los deshielos,
no este trance de turbia cólera acallada
sino esa conjunción de hachas y laberintos
con su doble soledad de espinas hasta el hueso.
Martín palacio (el duende)
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