
Canción del tentador
Habitación de duendes barre tu casa;
deja ya de gemir
porque no tienes un manojo de espigas en la falda.
Borra de esas paredes calaveras pintadas,
cesa de pisotear racimos secos, lleva tus pies a la piadosa grama.
Hurgas en ti y encuentras alacenas saqueadas
y en el hogar un copo de ceniza y un haz de leña verde
y hogueras apagadas.
Abre tu puerta y oye: alguien tiende los brazos y te llama.
Es el mundo que pide su rescate como Moisés perdido entre las aguas.
R.Castellanos.
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