
La luna
Qué maravilloso es todo lo muerto
y qué indescriptible: una hoja muerta
y un hombre muerto
y el disco de la luna.
Y todas las flores saben un secreto
y el bosque lo guarda, y es que la órbita
de la luna en torno a la tierra
es la ruta de la muerte.
Y la luna teje su maravillosa tela,
la que aman las flores, y la luna teje
su fantástica red en torno a todo lo que vive.
Y la hoz de la luna ciega florece
en las noches de finales de otoño,
y todas las flores esperan
el beso de la luna con infinito anhelo.
Edith Söderggran (1892-1923) Finlandia. Nació en San Petersburgo. Vivió gran parte de su niñez en Carelia, zona de confluencia ruso finlandesa. Estudió en un colegio alemán y sus primeros poemas están escritos en esta lengua. Enferma de tuberculosis desde los dieciséis años, pasó varios años en un sanatorio suizo y murió de esta enfermedad en 1923.
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