
Nada
sólo la caída del fuego
sobre una semilla de cristal
La rosa de hierro aletea en el delirio
consumido después de nosotros después de ti
Tragaluces nos conocemos mal o no nos conocemos
La mano desnuda está de prueba tendida como para rendirse
El paisaje no tiene pudor
Hablo para las primeras cerezas azoradas para las estaciones
de perifollos al final de los naufragios
para las imágenes de plomo de las bailarinas partidas en dos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario