Si encuentras a Buda, mátalo. Si encuentras al guardián de la ley mátalo, y no tendré ni un solo discípulo. En estas dos expresiones, quizás se revele el destino inevitable del arte.
Qué haríamos pregunto sin esta enorme oscuridad...
¿Qué diré cuando la gente se detenga para tocar mi rostro?¿Cómo les hablaré de aquellas playas moribundas donde la mar se disfraza de antigua doncella?
mi cabeza llena de agua de rumores y ruinas
Luciernagas Ciegas.
Onix
Agoniza según tal vez rijosa fábula de ninfa alaceada por llamas de unicornios.
1 comentario:
He podido respirar... por estas aguas.
Vale
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