
En una soledad infinita, en la orilla, es hermoso avizorar bajo el cielo turbio un ilimitado desierto marino (...) nada puede ser más triste y más precario que esta posición en el mundo: una única chispa de vida en el imperio de la muerte(...) cuando se mira es como si a uno le arrancasen los párpados.
Heinrich Von Kleist, Sentimientos ante un paisaje marino
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