martes, 27 de marzo de 2007


El santo patrón de todos los poetas en el exilio, aquel que visitó por medio de la imaginación sus ciudades y provincias, sigue siendo Dante. ¡Pero cómo se ha multiplicado el número de Florencias! El exilio del poeta es hoy el elemental ejercicio de un hallazgo relativamente reciente, que nos ha enseñado que los detentadores del poder tienen las herramientas necesarias para controlar el lenguaje, y no sólo mediante la censura, sino especialmente alterando el significado de las palabras.

Czeslaw Milosz

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