miércoles, 28 de marzo de 2007

Dos poemas de Anne Sexton


Me pongo en el círculo

en la ciudad muerta

y me ato los zapatos rojos

No son míos, son de mi madre,

de su madre antes, heredados como una reliquia

pero escondidos como cartas vergonzosas.


*

Aguarde señor. ¿Cuál es el camino a casa?

Apagaron la luz y la oscuridad se mueve en el rincón.

No hay carteles indicadores en esta habitación, cuatro damas,

de más de ochenta años, en pañales todas ellas.

La la la, oh la música vuelve a mí

y puedo sentir la melodía que tocaban

la noche en que me dejaron en esta clínica privada sobre la colina
Imagina. Una radio encendida y todos aquí estaban locos.

Me gustó y bailé trazando círculos.

La música entra a raudales en la razón

y de un modo extraño la música ve más que yo.
Quiero decir que recuerda mejor; recuerda la primera noche aquí.
Fue el frío estrangulado de noviembre;

incluso las estrellas estaban atadas en el cielo

y esa luna tan brillante hurgaba

entre los barrotes para pincharmeen la cabeza con una melodía.

He olvidado el resto.
A las ocho de la mañana me atan a esta silla

y no hay señales que indiquen el camino,

sólo la radio encendida para ella misma

y la canción que recuerdamás que yo.

Oh la la la, esta música vuelve a mí.

La noche en que vine bailé trazando círculos

y no tuve miedo.

¿Señor?


Anne Sexton.

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